Se necesitan varias sesiones para obtener resultados óptimos, generalmente entre 6 y 8 sesiones, espaciadas cada 8  semanas. La cantidad exacta de sesiones puede variar según el tipo de vello y la pigmentación de la piel.

El láser de diodo puede proporcionar una reducción permanente del vello, pero es posible que se necesiten sesiones de mantenimiento periódicas para tratar el vello que pueda regresar con el tiempo.

Los efectos secundarios comunes pueden incluir enrojecimiento temporal, hinchazón y sensibilidad en el área tratada. Estos efectos suelen ser leves y desaparecen en poco tiempo después del tratamiento.

El láser de diodo es seguro para una amplia gama de tipos de piel, pero puede haber restricciones para personas con ciertos tonos de piel más oscuros. Es importante realizar una consulta inicial para determinar la idoneidad del tratamiento para cada persona.

El láser de diodo ofrece una penetración más profunda en la piel, lo que lo hace más eficaz para tratar vello más grueso y oscuro en una variedad de tipos de piel. Además, el láser de diodo suele ser más rápido y menos doloroso que otros tipos de láser.